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Título
Fecha(s)
- 07/05/1772 -16/08/1772 (Creación)
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Legajo
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Nombre del productor
Historia biográfica
Fue General de los Clérigos Menores en 1735.
Tenemos a la vista la Oración fúnebre pronunciada por el P. Maestro Miguel de Madrid, catedrático de la Universidad de Salamanca en las exequias que el Colegio de San Carlos de Padres Clérigos menores dedicó a la memoria de Ilmo. D. Juan Mateo, de la misma Orden. De ella extractamos los datos biográficos que van a continuación.
Nació D. Juan Mateo en la villa de Agreda, ilustre «no solo por la antiquísima nobleza de sus casas sino también, y esto le sobra, por haber sido concha de la mejor perla, la Venerable Madre María de Jesús... asombro de los siglos, admiración de las naciones. Secretaria de María Stma.
Su mismo padre, que era un varón muy sabio y religioso, se tomó el trabajo de instruirlo en las primeras letras y en el latín.
A los doce años tomó el hábito de Clérigos Menores en el convento de Nuestra Señora de la Peña de Calatayud, y allí se dedicó a la piedad y al estudio de la Filosofía. Habiendo profesado a los 16 años en el colegio del Espíritu Santo de Madrid, fue enviado al de San José de la Universidad de Alcalá para que ampliase y perfeccionase sus estudios, lo que consiguió de tal manera que al año siguiente defendió- toda la Filosofía en la misma Universidad, sirviendo de pasmo a todos la perspicacia de su ingenio, y lo mismo hizo en otras Universidades de España.
A los 21 años de edad fue agregado al Claustro de profesores de la Universidad de Salamanca, luciendo tan dignamente la borla de doctor, que era la admiración de todos. Cinco años después fue nombrado Prepósito o Rector del Colegio de San Carlos, cargo que desempeñó por seis años, al cabo de los cuales fue elegido Provincial de su Orden, repitiéndose la elección, terminado el primer trienio
En su nuevo cargo adelantó con su ejemplo la religiosa observancia, alentó a la juventud con el premio de las letras, esforzó las tareas de los Maestros, dejando en los colegios de su Religión órdenes que se veneraban como eternas. Merece citarse entre sus obras la fundación en la villa de Gómara de un hermoso templo dedicado a la Stma. Virgen bajo el titulo de Ntra. Sra. de la Fuente, en la cual tuvo que luchar con grandes dificultades- que venció su agigantado espíritu. Padeció por este tiempo una penosa enfermedad que le duró siete años: «su cuerpo sólo tenia la armadura de los huesos, porque apenas le quedaron los labios junto a los dientes: él mismo solía decir, haciendo interior gracejo de su conformidad heroica: ¿Puede Dios haber dado mayor trabajo a tan grandísimo hablador como he sido yo en el mundo, que quitarme las facultades de hablar?»
Pero Dios, que veía con agrado la inquebrantable paciencia de este nuevo Job, determinó premiársela devolviéndole de repente la salud, y entonces se pensó en elegirle Provincial por tercera vez- Más en esta tercera elección no había uniformidad de pareceres en los vocales del Capitulo, pues unos opinaban que los desvelos del cargo podrían quebrantar nuevamente su salud, y otros creían ver en la manera inopinada con que había sanado un aviso del cielo para que continuase desempeñando su elevado cargo. Uno de los vocales, que era religioso de singular virtud, cuya vida fue escrita para que sirviera de ejemplo, terminó la discusión asegurando con tono profético que era del agrado de Dios se le eligiese tercera vez, «porque, dijo, ha de ir a Roma donde le harán General, adelantará mucho las causas de la Religión y después será Obispo». Los hechos demostraron la verdad de estas palabras, pues todo se verificó al pie de la letra.
Antes de salir para Roma con el fin de asistir al Capitulo general, quiso ir a Agreda a despedirse de sus parientes y amigos y de las religiosas de la Concepción, hijas de la Venerable Madre, a quienes conservó siempre la más singular veneración. Estando ya para salir, tuvo, una indisposición qué le sobresaltó de suerte, que creyó ser aviso del Cielo para que no fuese a Roma. Pero antes de decidirse a ello, determinó consultar la voluntad divina, y suplicó a las religiosas hiciesen con este fin una novena a la Virgen del Coro, que se venera en el mismo convento, con el ánimo serio de que en el último día de la novena se echase por tres veces cédulas por aquellas cándidas esposas de Jesucristo. Cosa rara: por tres veces se exploró la voluntad divina, más en todas tres salió que convenía para el servicio de Dios que partiese presuroso a Roma».
Salió, pues, para la capital del Orbe católico, donde se granjeó el aprecio de todos, por lo que fue elegido General. «En tan alto empleo confirmó con la experiencia las noticias de su fama, en tanto grado, que habiendo consumado con felicidad el sexenio de su Generalato, le volvieron a elegir » con complacencia de todos, obispos, arzobispos, cardenales, y del mismo R. Pontífice Benedicto XIV, el cual no sólo concedió gustoso la dispensa para la nueva elección, sino que casi la mandó por lo mucho que apreciaba y distinguía al P. Juan Mateo. Este aprecio lo manifestó en varias ocasiones, concediéndole muchos privilegios para su Orden y acelerando la causa de Beatificación del Venerable Fundador de la misma.
Verificada la nueva elección, acudieron todos los vocales a comunicar su resultado a Benedicto XIV, el cual hizo en presencia de todos el más entusiasta y cumplido elogio del elegido, y cuando el rey de España D. Felipe V le presentó para obispo de Cartagena, el mismo Pontífice le consagró en Roma y le distinguió con el título de Obispo asistente al Sacro-Solio en prueba de su singular aprecio.
Apenas llegó a su diócesis, emprendió la reforma de costumbres, y comenzó a propagar la devoción del Santo Rosario, al que siempre asistía él mismo públicamente para dar ejemplo. «A los pocos días de su gobierno experimentó aquel vasto reino de Murcia los frutos de su importante enseñanza, por lo que, bien hallado entre aquella candidez de corazón que advertía en sus ovejas, consideró oportuno edificar un palacio-. Empezó, en efecto, la obra, pero no logró verla completamente terminada. Mientras tanto eran muy frecuentes y casi continuas las visitas que hacia a su diócesis, y en una de ellas cayó enfermo de la última enfermedad. Retiróse a su palacio, y, comprendiendo la gravedad de su mal, antes de recibir los Stos. Sacramentos, reunió a su Cabildo al que dirigió la palabra tomando por tema aquellas palabras de San Pablo: Oportet episcopum irreprehetisibilem esse, haciendo ver a todos lo humilde de su persona: acusaba con el mayor dolor las relajaciones de su ejemplo, las omisiones en su oficio y las faltas de su cargo, pidiendo perdón a todos el que nunca supo ofender a alguno. Con tan fervorosos actos recibió el Pan del Cielo para seguir el caminó que le restaba vida. Un día a las cuatro y media de la mañana se le bañó el aposento de un vivo resplandor abriéndosele de repente las ventanas de su aposento; pero al mismo tiempo que se anegó en confusiones, le excitó los más vivos deseos de investigar los motivos, pero suspendió las dudas cuando, ya entrado el día, le trajeron la noticia de que a la misma hora había espirado una religiosa de tas Agustinas Recoletas, a quien por su mucha virtud distinguía su afecto. Conoció desde este lance que le prevenía el Señor con este aviso a su Muerte, y así lo dió a entender por estas palabras: Esto se acaba: yo me moriré muy presto.» Pidió con la mayor devoción le trajeran unos zapatos que conservaba como una reliquia y habían sido del llmo. D. Fr. Pedro de Ayala, y, tomándolos con reverencia los besó en la suela. «Entre tan humildes actos, entre deliquios de amor y religiosas ansias..> murió el ilustre prelado el año 1753.
Nombre del productor
Historia biográfica
Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de la Ciudad de Cartagena, testamentario de su tío D. Juan Matheo, del Obispado de Cartagena.
Nombre del productor
Nombre del productor
Institución archivística
Historia archivística
Origen del ingreso o transferencia
Área de contenido y estructura
Alcance y contenido
Para la realización de la Capilla se derribaron los dos pórticos de la Iglesia de San Miguel.
Valorización, destrucción y programación
Acumulaciones
Organización
Área de condiciones de acceso y uso
Condiciones de acceso
Condiciones
Idioma del material
Escritura del material
Notas sobre las lenguas y escrituras
Características físicas y requisitos técnicos
Instrumentos de descripción
Área de materiales relacionados
Existencia y localización de originales
ES.50251.AD Archivo Diocesano de Tarazona C. 16 L. 23 N. 12
Existencia y localización de copias
Unidades de descripción relacionadas
Área de notas
Identificador/es alternativo(os)
Puntos de acceso
Puntos de acceso por materia
Puntos de acceso por lugar
- España » Castilla y León » Soria (Provincia) » Ágreda (Urbanismo) » Iglesias de Ágreda » Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel » Capilla de San Juan Bautista y Nuestra Señora del Pilar
- España » Castilla y León » Soria (Provincia) » Ágreda (Urbanismo) » Iglesias de Ágreda » Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel » Portales de la Iglesia de San Miguel
Puntos de acceso por autoridad
- Esteban Villanova Colomer (1755-1766, obispo de Tarazona) (Materia)
- Mateo Jiménez, Juan José (Materia)
- Huerta Muñoz, Juan José Agustín de la (Materia)
- Ciria Isla, Bernardo (Materia)
Tipo de puntos de acceso
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Identificador de la institución
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Final
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Completo
Fechas de creación revisión eliminación
Idioma(s)
Escritura(s)
Fuentes
Objeto digital metadatos
Nombre del archivo
ES.50251.AD_Templos_Iglesia_de_San_Miguel_1773_pp._01-94.pdf
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